Cuando hablamos de hamburguesas, los más mayores de la casa, de manera automática aseguran que eso no se considera carne, porque su sabor dista mucho al de un buen entrecot o una carne de buey bien hecha, con la parrilla muy caliente, dorada por fuera y jugosa por dentro, pero, ya ni nos acordamos de aquellos años en los que una hamburguesa era solo eso, un cacho de carne, ahora, estamos hablando de productos gourmet.

Las croquetas es un producto tradicional que ha abrazado la cocina de autor, eso sí, con su cocción no se juega, se necesita una buena freidora industrial.

A un comensal se le conquista por la vista. Unos platos bonitos, llenos de sabor y que sorprendan. Pero para hacer una buena presentación es fundamental que la vajilla esté perfecta. ¡Qué brille y que luzca siempre como el primer día!